Que la música contribuye a la mejora de los aspectos lingüísticos (morfosintaxis, léxicosemántica y pronunciación), socioculturales (a través de las diferentes variedades contextuales que presenta) y afectivos (aumento de la motivación, creatividad y reducción del estrés) parece quedar fuera de toda duda.
Pero si hay un género musical directamente emparentado con la capacidad de expresar y comunicar ese es, sin duda, el poema sinfónico. Nacido en el Romanticismo, este tipo de composición programática intenta conmover al oyente recreando una historia o poema a través de los instrumentos. Aunque destacaron en este género Listz (Trece poemas sinfónicos), Berlioz (Sinfonía fantástica) y Strauss (Muerte y transfiguración), he elegido como ejemplo la Danza macabra de Saint-Saëns, para proponer un ejemplo de escritura creativa en el aula de español para cualquier nivel.
Primera audición
Dile a tus alumnos que disfruten oyendo un poema sinfónico (sin decirles el nombre de la composición ni el autor) mientras anotan en una hoja en blanco las palabras que vengan a su mente. Luego comparan sus anotaciones con la de los compañeros para ver su grado de coincidencia. Esto nos ayudará a formar parejas o tríos. En el caso de alumnos principiantes, pueden anotar las palabras en su propia lengua y luego traducirlas.
Segunda audición
Entrega una ficha a cada grupo para que respondan a las siguientes cuestiones mientras vuelven a escuchar la música: Tema / ocurre en un espacio interior, exterior o ambos / es de día, por la tarde, de noche o de madrugada / número de protagonistas / tiene final feliz o no.
Escritura creativa
Se les propone a los grupos que describan la historia que les sugiere la música. Debe tener un principio, un desarrollo y un desenlace pero pueden, deben “divagar”, dejar volar su imaginación. Se premiará la sorpresa, la creación de imágenes a través de la lengua, el uso de un lenguaje poético y metafórico… Negociaremos con ellos si quieren tener mientras tanto la música de fondo. Una vez realizado, se forman dos grupos mixtos con un miembro al menos de cada uno de las parejas y tríos. Se trata de compartir oralmente lo escrito.
Tercera audición y visionado
Se les proyecta algún vídeo que recree la composición para que comparen sus creaciones con la historia real en la que está basado el poema, como este o este otro.
Existen muchas más posibilidades de explotación de temas musicales… ¿por qué no las compartes con nosotros en los comentarios?
Derechos de la imagen de este artículo: Pixabay.

Antonio Orta
Responsable del departamento de español de Clic International House Sevilla
Antonio Orta es director del departamento de formación de profesores de Clic International House Sevilla. Licenciado en Filología Hispánica y Doctor en Lenguas Modernas y Español como Lengua Extranjera. Profesor colaborador en programas de posgrado de las universidades Pablo Olavide, Valencia y Barcelona. Coautor de Soy profesor/a. Aprender a enseñar de la editorial Edelsa y de La formación del profesorado de español: innovación y reto de la editorial Difusión.
Si quieres, puedes leer otras contribuciones suyas en este blog.
Cierto, María. Una vez hice una actividad que consistía en ver los festivales de música más importantes que se ofrecían en España a lo largo del año: http://www.dodmagazine.es/festivales/. Se trataba de elegir uno e intentar convencer a los compañeros para que asistieran. El caso es que lo que se suponía que era una actividad para aprender a recomendar, mostrar acuerdo y desacuerdo y quedar para un evento se transformó en uno de los temas que más juego dio en el grupo y, finalmente, fueron a ver un concierto a Tarifa. No sabes cuánto me agradecieron haber tratado ese tema en clase:)
Me encanta la idea de integrar la música en el aula. Lo más interesante ha sido la parte en la que se habla sobre los recuerdos que puede tener la música sobre el alumno. Además, a parte de la actividad que se propone, quizás añadiría la motivación de los alumnos para que asistiesen a algún concierto o festival de música que se realizan en Sevilla. Primero, aprenderían, que a parte del flamenco, España también tiene más variedad de géneros musicales, así ampliamos su abanico de conocimiento sobre la cultura española. Y por último, si conseguimos que a un alumno le guste un grupo de música español, sería muy beneficioso, por una parte porque alumno seguramente se interesaría por saber la traducción de sus canciones; y por otra parte, puede que invitase a sus compañeros a ir al concierto, o bien les aconseje escuchar sus canciones.
Siempre he opinado que tanto la música como la inmersión en series y películas es una herramienta fundamental para el aprendizaje y el «afinamiento» del oído a la hora de aprender una nueva lengua. Espero poder utilizar este recurso con asiduidad en mis clases futuras para inculcarle a los alumnos su importancia así como para comenzar las sesiones con buen rollo y energía.
Buena idea, Belén. Lo único que te recomiendo es que también permitas que tus alumnos te muestren sus preferencias y habilidades musicales:)