Hace años, mientras estaba en clase con mis alumnos, una estudiante de nacionalidad alemana y de nivel B2 le comentó a una compañera: “Me pone contenta que te hayas acordado de mí”. La producción de esta alumna me sonaba extraña, de modo que la anoté y más adelante, empecé a reflexionar sobre lo que podía haber ocurrido.
Todos podemos comprobar que la producción de esta alumna era correcta desde el punto de vista gramatical. De hecho, la estudiante estaba aplicando adecuadamente los contenidos recientemente presentados en clase sobre la expresión de emociones en español, pero era consciente de que un nativo (al menos en la variante del español peninsular) probablemente hubiera expresado esa misma idea de otra manera: “Me alegra que te hayas acordado de mí”.
Fue así como me adentré en el Enfoque Léxico y dediqué una buena parte de mi tiempo a leer los artículos y libros de Marta Higueras García y Michael Lewis entre otros autores. En su obra The Lexical Approach (2000), Lewis comenta que tradicionalmente, los profesores le han dedicado demasiado tiempo a la enseñanza de la gramática en el aula.
Sin embargo, esta opción no es, según estos autores, la más adecuada, pues la gramática tradicional enseña lo que es posible decir, no lo que se dice realmente, lo que nos lleva a ejemplos aceptables desde el punto de vista gramatical, pero no siempre naturales, como ocurría con la producción de mi alumna.
A partir de la regla general “me pone + adjetivo”, pensó que era posible seleccionar cualquier adjetivo, cuando en realidad, el número de adjetivos que los nativos seleccionamos en esta situación está limitado casi generalmente a adjetivos negativos, como nervioso o histérico, entre otros.
El punto de partida, por lo tanto, no debería ser la gramática en sentido tradicional, sino las combinaciones que se establecen entre las diferentes unidades léxicas, pues cada palabra tiene su propia gramática, y conocer una palabra es, entre otras cosas, conocer las estructuras en las que puede aparecer. Como dice Lewis, insistir en la gramática supondría condenar a los estudiantes a un eterno nivel intermedio.
¿Qué es más importante para vosotros a la hora de aprender una lengua, la gramática o el vocabulario? ¿Cuál ha sido vuestra experiencia como estudiantes de segundas lenguas?
A la hora de comunicaros en otra lengua, ¿qué os produce más bloqueos, el desconocimiento de reglas gramaticales o la falta de vocabulario? En clase, ¿a qué deberíamos dedicar más tiempo, a la gramática o al vocabulario?

José Luis Álvarez Cavanillas
Profesor de español y formador de profesores , CLIC IH Sevilla
Licenciado en Filosofía y Máster de ELE por la universidad de Barcelona. Formador de profesores y profesor en el máster de ELE de la universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Autor de materiales didácticos para formacionele.com.
Si quieres, puedes leer otras contribuciones suyas en este blog.
La lectura del artículo me ha recordado algo que he leido recientemente sobre «La llegada», una película de extraterrestres excepcional que gira entorno al lenguaje:
Steven Pinker, en su famosa obra La tabla rasa: la negación moderna de la naturaleza humana (Paidós, 2003) explicaba, a propósito de verbos como “llenar”, “echar” y “cargar”, que comparten ámbito semántico, cómo los niños entienden las diferentes funciones gramaticales que comporta cada verbo de forma extrañamente natural:
“El problema era cómo explicar el modo en que un niño pequeño, sin conocimientos previos sobre el funcionamiento de un idioma concreto y que no va a recibir lecciones sobre cómo usar las palabras en determinadas circunstancias, aprende lo que significan las palabras y las frases en las que se pueden emplear. Nosotros, los adultos, por ejemplo, diremos ‘llena el vaso de agua’ pero no ‘llena el agua dentro del vaso’, aunque entendemos perfectamente el significado de la frase. Diremos ‘echa el agua dentro del vaso’ pero no ‘echa el vaso con agua’. La segunda versión es razonable, pero no suena bien. Sin embargo, con un verbo como ‘cargar’ podemos decir tanto ‘cargar el heno en el vagón’ como ‘cargar el vagón con heno’. Así que tienes un verbo que toma el contenedor como objeto directo, uno que toma el contenido como dicho objeto, y un tercero que puede funcionar de ambas maneras”.
El artículo completo se puede leer aquí:
http://www.lavanguardia.com/cultura/20161127/412201045299/denis-villeneuve-la-llegada-arrival.html
Tanto la gramática como el vocabulario deberían enseñarse con la misma importancia. Sin embargo, el vocabulario o, mejor dicho, la unidad léxica tendría que enseñarse dentro de su o de sus distintos contextos. Como aprendimos el otro día, si incluso los nativos tenemos en mente las unidades léxicas, entonces es muy importante enseñarlas quizás al menos de una forma no tan estricta.
Muchas gracias por la entrada. Un saludo.
Ambas cosas, gramática y vocabulario, son muy importantes, y deben enseñarse combinándolas. Porque como dice Marta Higueras «El léxico no será un fin en sí mismo, sino un medio para comunicar y mejorar la competencia comunicativa» y para ello es fundamental conocer las estructuras gramaticales. ¿Y la entonación?……….
Lo que un buen profesor debería hacer es mostrarle al alumno los contextos en los que se usan las unidades léxicas.
Aunque no olvidemos que los contextos en los que usar ciertas expresiones o unidades léxicas, se aprenden en la calle, en situaciones reales de la vida. Porque a la hora de expresarnos en situaciones cotidianas en otra lengua es cuando cometemos los errores típicos de las explicaciones (no totales) en clase.
Ya que en la clase es prácticamente imposible enseñar a los alumnos todas las expresiones. Y, menos todavía, mostrarles la entonación.
Opino que más que el tiempo que se dedica a cada cosa, lo importante es saber conectar y entrelazar ambas partes para que el alumno se comunique correctamente en situaciones diarias.
Creo que no se trata de que la gramática sea más importante que el vocabulario o al contrario. Se trata de explicar el léxico de forma diferente, explicando el uso habitual de la palabra, su registro y sus combinaciones más habituales. Los corpus lingüísticos deben ayudar a identificar cuáles son las palabras clave en cada contexto comunicativo y debemos atender a esas palabras de forma especial.
Es verdad que se necesita mucho el vocabulario, pero también el » cómo usar» ese vocabulario. Al aprender inglés lo más difícil para mí fue el » uso» del idioma, justamente esto. Sin gramática no tenemos estructura para formar frases, por ejemplo; pero sin vocabulario no tenemos oportunidad de comunicarnos de manera significativa.
CREO QUE LOS ARTICULOS Y PREPOSICIONES SON MUY IMPORTANTES, PERO , NO CABE DUDA QUE UNO DEBE TENER UN BUEN VOCABULARIO.