Los dispositivos móviles forman parte de nuestra vida y más aún de la de nuestros alumnos. En el aula tenemos dos opciones: prohibirlos o integrarlos. En esta entrada vamos a exponer las ventajas que el uso del WhatsApp tiene para profesores y alumnos. También, cómo no, algunas desventajas.
Cohesionar al grupo. Podemos usar esta aplicación para compartir sentimientos, emociones y experiencias. De esta manera favorecemos pertenecer a un colectivo, a un grupo en el que nos expresamos sin la premura del tiempo. Además, permite a los alumnos más tímidos interactuar con los compañeros y profesores.
Ampliar la responsabilidad del alumnado. Una sugerencia es dar tareas a los estudiantes para hacerlas a través de la aplicación. Estas irían desde crear el grupo en whatsApp hasta proponer actividades, lecturas, dinámicas, juegos, compartir vocabulario, información, páginas web, materiales, etc. con los compañeros y el profesor.
Registro común de esquemas gramaticales y vocabulario. Se pueden fotografiar los esquemas de clase, el listado de vocabulario, etc. No hay que copiar la pizarra, así ganamos tiempo y no hay peligro de anotar mal las palabras. El estudiante puede acceder y consultar el léxico aprendido y lo tiene siempre organizado.
Compartir aspectos culturales. Los alumnos graban vídeos, audios o hacen fotos de aspectos culturales que les llaman la atención para posteriormente compartirlos con su grupo. A partir de aquí puede investigar sobre los hechos observados. De esta manera promovemos el desarrollo de la competencia cultural e intercultural y de estrategias sociales y afectivas.
Canal de comunicación directa con el profesor más accesible e inmediato que el correo electrónico. Es posible notificar ausencias, retrasos o solicitar tutorías. También es útil como vehículo para informar de otros aspectos más personales y anticipar ciertos problemas en el aula (problemas de relación con el grupo, falta de competencia en la lengua, etc.).
Aumenta la motivación. Si dejamos constancia de actividades fuera del aula (clases de cocina, visitas, excursiones, fiestas), fotos de actividades y dinámicas de aula o vídeos de presentación de trabajos orales, todo esto nos puede servir como portafolio de grupo en el que se recojan todas las acciones y tareas que hemos realizado durante un curso. Además, nos puede servir como soporte final para muchas tareas de aula.
Recordar aspectos organizativos. De esta forma aunque un alumno no asista a clase puede estar informado de cambios de aula, deberes, exámenes, etc. Ahora no hay excusas ; )
Como contrapartida puede crear ciertas molestias al profesor si los alumnos no respetan su tiempo de descanso. En este caso, la solución estaría en dejar bien claro cómo y cuándo usarlo. En mi experiencia personal este hecho no ha sido un problema. No obstante, entiendo que puede llegar a serlo. Por otro lado, es posible que algunos alumnos, pocos, no tengan la aplicación, en esta situación bastaría con descargarla para poder usarla.
Os animo a todos a introducir esta app en vuestras clases. Estos son algunos de sus usos, hay muchos más. ¿Por qué no lo pruebas y compartes con nosotros tus experiencias?

Reyes Ortega
Profesora de español y formadora de profesores, CLIC IH Sevilla
Licenciada en Geografía e Historia y Máster de ELE por la universidad de Barcelona. Formadora de profesores y profesora en el máster de ELE de la universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Autora de materiales didácticos para formacionele.com.
Si quieres, puedes leer otras contribuciones suyas en este blog.
El uso de las nuevas tecnologías está cada vez más integrado en la enseñanza-aprendizaje de los estudiantes, lo cual considero bastante positivo. Sin embargo, es necesario saber darles un buen uso a las nuevas tecnologías, ya que en caso contrario puede llegar a causar problemas.
Por un lado, aplicaciones como WhatsApp, Twitter, Instagram o Classroom, entre otras, pueden ser muy buenas herramientas que faciliten el proceso de enseñanza-aprendizaje de nuestro alumnado, ya que como bien dice Reyes, pueden aumentar la motivación de los discentes, cohesionar al grupo y hacer que los alumnos permanezcan en contacto con más facilidad. Por otro lado, el mal uso de estas aplicaciones puede provocar distracciones de los alumnos, tanto en clase en casa, o incluso puede provocar problemas de acoso debido a la publicación de ciertos comentarios o fotos que puedan llegar a ofender a alguno de los presentes.
Gracias por el artículo, Reyes.
Saludos,
Álvaro Ruiz Mateo
¡Una propuesta interesantísima sin lugar a dudas, Reyes! No podemos negar el papel que tiene en nuestras vidas este tipo de aplicaciones… si queremos que nuestros alumnos aprendan el español que pueden oír en las calles, ¿por qué no íbamos a incluir herramientas como WhatsApp? Acercarnos a la realidad de los estudiantes es esencial y, definitivamente, con la tecnología podemos hacerlo: es algo que generalmente conocen muy bien y que proporciona un ambiente inmediatamente interactivo. ¡Creo que tener recelo a usar esta aplicación en clase sería un gran error! Además, podríamos enviar canciones, vídeos, recomendar lecturas…
Saludos,
Seyk
Las ventajas de usar tecnología cercana a los alumnos son innegables. Lo complicado es mantener a los estudiantes motivados para que no se vayan por los cerros de Úbeda. Al final el peligro es emplear el móvil en clase pero que el profesor adquiera un papel de «policía» para evitar distracciones más que de «supervisor», ¿no?
Reyes, totalmente de acuerdo contigo. Es una herramienta excelente para ahorrarte trabajar y para ganarte a los alumnos. Lo de la deshora para mi no supone ningún problema porque por la noche pongo el móvil en modo avión 🙂
En mi caso, no tengo grupos de estudiantes sino que fundamentalmente doy clases 1X1. Utilizo este programa para escribir frases nuevas, para la organización (si se tiene que cancelar la clase o reprogramarla…). Un saludo
La idea de tomar fotos en clase me parece una idea genial, yo lo hago, y así no me pierdo la explicación del profesor. Es cierto que a veces tomo notas, así puedo comparar o incluir esa información complementaria a la foto. Entre los compañeros tenemos un grupo de Whatsapp donde intercambiamos información, estamos siempre en contacto e intercambiando datos, archivos, fotos etc…
Totalmente de acuerdo con el uso de dispositivos móviles en el aula, siempre usándolo con respeto, para no molestar al profesor y/o compañeros.
Actualmente la sociedad nos obliga en mayor o menor medida a actualizarnos y a formar parte de las redes sociales y dispositivos móviles. Si en algún caso alguien no aceptase formar parte de la actualidad sería discriminado indirectamente, ya que muchos acpectos de nuestras vidas giran en torno a la tecnología.
Todos, cada vez mas, usamos whatsapp para quedar y hablar con amigos a diario, organizar reuniones, compratir fotos y documentos e incluso, como es mi caso, para volver a tener contacto con amigas de la infancia a las cuales hacia años que no veía.
En el aula también me parece muy útil y sobre todo rápido. Principalmente para ayudarnos entre compañeros y para estar al día de todo lo que ocurre.
Haciendo referencia al descanso de los compañeros de grupo comentar que siempre que entro en un grupo ya sea de whatsapp, facebook u otro tipo, lo primero que hago es silenciar dicho grupo, porque siempre hay personas que trasnochan mas que otras y sin querer molestan. En resumen, me parece que whatsapp es una magnífica aplicación que sirve de gran ayuda. Saludos
Estoy totalmente de acuerdo, Yo la comparto con mis alumnos a partir de 15 años. Con los más pequeños aún no me par3ce muy adecuado. No he tenido ningún tipo de problema, ellos lo agradecen y son superrespetuosos no poniendo boberías y respetando los descansos. De hecho ojalá otros grupos de wspp creados para otros menesteres, entre colegas, fueran respetados tanto como los de mis alumnos.
Gracias
A mi me parece mucho mejor integrarlos que prohibirlos. Si se prohibe algo, lo único en que los alumnos van a pensar es lo prohibido. Si lo integraremos, no sea tan «interesante» o tan divertido que si hubiera sido prohibido.
Lo de la idea de usar el WhatsApp o otra aplicación me interesa mucho de todos aspectos y creo que voy a intentar a usarlo en el futuro cuando sea profesora.
Pero, esto requiere que todos los alumnos tengan smartphones.
Tom, me ha encantado la idea que has compartido con nosotros. Me la anoto, gracias.
Aquí una idea que ha funcionado muy bien con WhatsApp.
Como seria la idea
Yo lo veo como la pizarra digital: «No hace falta copiar nada porque luego os lo voy a enviar todo como pdf».
¿Es manera de aprender un idioma (o lo que sea…)?
Personalmente evitaría a todo coste TODO lo que representa que el profe hará el esfuerzo (o que el esfuerzo del alumno solo sea un único clic con su nuevo iPhone, etc.)
Lo demás me parece muy acertado, sobre todo el primer motivo, lo de «Cohesionar al grupo».
Hola Tom y Alicia:
A mi también me ha encantado el artículo. Sobre sacar fotos de la pizarra, creo que cada alumno tiene que ser consciente de su mejor forma de aprender. En mi caso, me molesta que el profesor diga «ahora sólo escúchame sin escribir nada que luego te mando el Power Point»… Ya que necesito escribir las ideas generales del discurso del profesor para asimilarlo. Además, ¿quién me asegura que el profesor habrá hecho el esquema cómo yo lo necesito? Como profesora no me molesta que saquen fotos y como alumna, aunque no las saco, sí que las pido si algún día no pudo asistir a clase 😉
Por otro lado, a mí también me gusta mucho la idea de utilizar WhatsApp con los alumnos, aunque de momento no he tenido la oportunidad de probarlo :-).
A mi me gusta mucho la idea de utilizar WhatsApp con alumnos, y por lo que me cuentan compañeros que lo han probado, ¡funciona de maravilla! (A otros, diría la mayoría, les horroriza la idea…)
Lo que no tengo tan claro: fotografiar la pizarra. ¿No es demasiado fácil? ¿No le conviene al alumno hacer ese mayor esfuerzo que es escribirlo, esquematizarlo el alumno, no el smartphone?
Yo lo de fotografiar la pizarra para ahorrar tiempo y esfuerzo (y evitar errores, como se comenta en esta entrada) sí que lo veo bien. Es cierto que si lo copian en vez de fotografiarlo, nos aseguramos de que lean el contenido al menos una vez, pero no sé hasta qué punto esa lectura cuyo único objetivo es reproducir el contenido exacto les sirve para reflexionar sobre los contenidos o para empezar a asimilarlos. Quiero decir que creo que tanto si copian unos apuntes como si los fotografían, la posibilidad de que «no vuelvan a mirarlos nunca más» es la misma.