Por experiencia sé que en clase cuando digo que vamos a ver algún cortometraje, automáticamente los estudiantes levantan las cabezas, dejan los bolis y se centran en mis instrucciones. ¡Qué poder de atracción tiene la imagen!

Sólo por esto ya merece la pena usar este material, la motivación inicial está casi garantizada. Todavía no me he encontrado con ningún estudiante que se queje de que su profesor usa demasiados cortos en clase.

Por otra parte, ya sabemos que el audiovisual responde mejor a las necesidades de los alumnos y contribuye a desarrollar la comprensión oral mejor que las audiciones; no olvidemos que en la vida fuera del aula hay sonido e imagen.

A mí me parece que el corto es un material auténtico muy sugerente, se trata de creaciones artísticas cercanas a la realidad de todos y muy asequibles. Además, una de sus principales características, su corta duración, los convierte en un material flexible de tal manera que nos facilita usarlo en actividades en las que la integración de destrezas está asegurada si los explotamos bien didácticamente.

En mi opinión, todo son ventajas Podemos usarlos para contextualizar; para enseñar léxico o como material de entrada para nuestras tareas. Para cualquier tema sobre el que traten nuestras actividades hay un corto que podemos emplear.

¿Y vosotros, para qué usáis cortos en clase?

Créditos de la imagen de este artículo: FaceMePLS.

Concha Wenger

Profesora de español y formadora de profesores, CLIC IH Cádiz

Concha es profesora de español y formadora de profesores en Clic International House Cádiz.

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