Hay que atender no sólo a lo que cada cual dice, sino a lo que siente y al motivo por el que lo siente.
Cicerón
En este tercer y último artículo sobre comunicación no violenta vamos a trabajar con varios casos prácticos para reflexionar sobre las distintas formas de comunicarnos: empática o no empática. La CNV defiende que las palabras son determinantes para crear nuestras relaciones y también que el objetivo de la comunicación es acercarte, no alejarte, de los demás. Ante cada respuesta tenemos varias opciones.
1. Ayer no hice los deberes.
- Pues las actividades son de un tema que va a entrar en el examen y no veo que lo sepas (amenaza).
- Es tu decisión. ¡Allá tú! (indiferencia).
- Ya, ¿es porque te sientes cansado y necesitas un poco de descanso, ¿verdad? La próxima vez, lo negociaremos, ¿te parece bien? (empatía).
2. Eso que has dicho es una tontería.
- ¿Cómo has dicho? (en tono desafiante).
- ¡Qué sabrás tú! (desprecio).
- Quieres decir que lo que hemos dicho no te ha parecido interesante, ¿verdad? Quizás, tú tienes otras ideas sobre este tema que te parecen más adecuadas, ¿es así? ¿Te gustaría compartirlas con nosotros? Nos encantaría oírlas (empatía).
- Cuando te he escuchado decir eso (“que era una tontería”), me he sentido muy triste y frustrada porque necesito conexión, escucha y comprensión. Me gustaría que la próxima vez que algo te parezca “una tontería” emplees otro tipo de vocabulario, por ejemplo: “tengo otra idea sobre ese tema”. Y estaré encantada de escuchar tu opinión (los cuatro pasos).
3. A mí la clase de hoy no me ha gustado. Yo quiero más gramática.
- Sí pero es que tú no eres el único alumno de esta clase (no respondo a su necesidad).
- ¿Tú sabes que la gramática es solo uno de los componentes de la lengua? Además, ¿estás seguro de que no hemos trabajado la gramática hoy? Porque yo creo que sí ha habido gramática (no me intereso ni por sus sentimientos ni por sus necesidades).
- Tú piensas que la gramática es muy importante para conocer una lengua, ¿verdad? ¿Te sientes frustrada porque piensas que hoy has perdido la oportunidad de aprender algo nuevo? Necesitas mucha claridad y orden para aprender y eso te lo da la gramática, ¿no es así? A partir de ahora entre todos vamos a ver dónde se esconde a veces la gramática… y la importancia de practicar aquello que aprendemos para poder usarlo, ¿te parece bien? (empatía).
4. A mí no me gusta trabajar en parejas porque yo aprendo mejor solo.
- Pues las investigaciones dicen todo lo contrario (uso mis conocimientos para imponer mi criterio).
- En mi clase se trabaja en parejas porque pienso que una lengua no se puede aprender sin practicarla (uso mi posición, mis conocimientos y mi experiencia para imponer mi criterio pero no tengo en cuenta los sentimientos y las necesidades del alumno).
- ¿No te has sentido cómodo en la clase? ¿cómo te has sentido? ¿necesitas más tiempo para pensar y reflexionar solo? Hay actividades que podemos hacer solos y luego comparar con los compañeros. Lo voy a tener en cuenta la próxima vez, ¿estás de acuerdo? (empatía).
5. No me ha gustado esta actividad.
- Todas las actividades no os pueden gustar a todos. Seguro que la próxima va mejor con tu estilo de aprendizaje (no tengo en cuenta su necesidad).
- ¿Sí? Pues a tus compañeros les ha gustado (no permito ninguna singularidad en mi clase).
- ¿Cómo te sientes cuando no te gusta lo que hacemos en clase? ¿enfadado, nervioso? ¿necesitas poder opinar sobre el tipo de actividades que desarrollamos en el aula para sentirte implicado y motivado?
- ¿Qué te parece si hacemos una actividad para que todos podáis dar vuestra opinión sobre las tareas que hacemos? Voy a contar con vosotros antes de proponeros una actividad, ¿qué te parece?
Por último, la CNV o comunicación empática no aspira a ser un conjunto de reglas sino una guía para ser cada vez más comprensivo, auténtico y empático.
¿Y tú, qué tipo de comunicador eres?
Créditos de la imagen de este artículo: Clic International House Cádiz.

Reyes Ortega
Profesora de español y formadora de profesores, CLIC IH Sevilla
Licenciada en Geografía e Historia y Máster de ELE por la universidad de Barcelona. Formadora de profesores y profesora en el máster de ELE de la universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Autora de materiales didácticos para formacionele.com.
Si quieres, puedes leer otras contribuciones suyas en este blog.
La profesora Reyes Ortega nos ha presentado en este artículo unos claros ejemplos de situaciones que se pueden dar en el aula. Es evidente que en cualquier ámbito educativo la CNV debe tender a un acercamiento a los alumnos para entender sus necesidades y encontrar una manera de ayudarles.
En mi opinión todos debemos recordar a menudo estas técnicas, particularmente cuando empezamos en el mundo de la docencia y no somos muy conscientes de como nuestros gestos y palabras pueden influir en la manera de aprendizaje de los alumnos y en el entorno educativo en el que se encuentran, dificultando así la convivencia profesor-alumno.
Estoy totalmente de acuerdo en que la CNV debe progresar hacia una comunicación empática y auténtica, y no hacia unas reglas metódicas a seguir.
¡Gracias por el artículo!
Me parece muy interesante. Visto y analizado de esta forma me doy cuenta que algunas de las respuestas que yo hubiera considerado adecuadas pueden hacer sentir incomodo o descontento a un alumno que simplemente esta expresando sus sentimientos. Espero poder llevarlo a la práctica e incorporarlo a mi forma de pensar/actuar de inmediato.
Estos tres artículos sobre comunicación no violenta (CNV) me han recordado a uno de los principios del chamanismo, aquel que nos aconseja ser exquisitos en el uso de la palabra. Hoy en día, en esta sociedad de la prisa en que vivimos, nos estamos acostumbrando a no prestar atención a nuestras palabras o gestos, centrados como estamos en la consecución rápida y fácil de nuestros objetivos. No hay tiempo de pararse a pensar, de dedicar un momento de reflexión sobre nuestros actos. Por eso me parece tremendamente importante este concepto de CNV, tanto verbal como no verbal. No podemos juzgar al alumno por sus ideas o sentimientos, asi como tampoco debemos de sentirnos juzgados cuando se hace una critica hacia nuestro trabajo. Un lenguaje inclusivo y empático, ayuda a mejorar las relación profesor-alumno, clave para un aprendizaje efectivo y grato. Resumiendo, tenemos que ser conscientes de nuestros actos y elegir cuidadosamente las palabras que usamos para crear un ambiente de confianza donde los alumnos se sientan libres de expresar sus dudas, críticas o quejas, sabiendo que su punto de vista será escuchado y tenido en cuenta.
Me han encantado las tres entradas sobre CNV, ha sido muy interesantes leerlas e interiorizarlas. Pero con todo esto, personalmente me quedo con la frase, ya citada en la entrada por la profesora, de Cicerón que reza: Hay que atender no sólo a lo que cada cual dice sino a lo que siente y al motivo por el que lo siente. Es fácil saber cómo nos sentimos y qué necesitamos (no para todo el mundo, por supuesto), pero nunca lo es ponerse en la piel de los demás, escuchar sus sentimientos y entender sus reacciones. Cada persona es un mundo igual o más amplio que el nuestro personal, y cuando nos cruzamos en las aulas con un conjunto tan diverso de personas para desarrollar nuestra actividad profesional, debemos estar preparados para conciliarnos con nosotros mismo antes de afrontar cualquier nueva relación con los demás. Es la única forma de proporcionar una conexión real y fructífera con nuestros alumnos como iguales, de profundizar en ellos como sus formadores y crear un ambiente de respeto y crecimiento personal para ambas partes.
La CNV es una de las vías más útiles que tiene el profesor para hacer que el alumno sienta que tiene voz y que su opinión importa. Podríamos relacionarlo con la negociación de contenidos y de metodología. Coincido con comentarios anteriores en que, por parte del profesor, es una situación en la que debe trabajar mucho su propia reacción, ya que es un juego psicológico: el alumno muestra una discrepancia, el profesor muestra interés por él, lo toma en cuenta e intenta buscar una solución y el alumno se siente escuchado y valorado. Directamente relacionada con la CNV, por tanto, encontraremos a la MOTIVACIÓN, parte fundamental a la hora de aprender un idioma. Es por ello que la empatía con los alumnos forma parte de la base de la «montaña» de la enseñanza.
El termino empatía a veces parece como si fuese «neo» lenguaje o un termino de moda, pero siempre ha estado ahí, aunque la mayoria no lo tuviese presente en su vida. Al leer la entrada he apreciado tanto que la nueva generacion de profesores debe tener muy en cuenta la empatía si o sí, como que los profesores de los que guardo mejor recuerdo a lo largo de mi vida academica su principal factor diferenciador era la empatía. La CNV otorga a las palabras un mayor poder. El docente mediante dichas técnicas obrendrá mejores resultados ya que no observa a sus alumnos como un conjunto homogeneo de estudantes con el único objetivo de poder ejercer los conocimientos. Todo ello requiere un esfuerzo que normalice en el dia a dia dichas capacidades hasta convertirse en una parte más de ti, debemos ejercer la CNV y transmitirla a los alumnos y que ellos también la tengan siempre presente en su modo de relacionarse. En definitiva siempre debemos establecer lazos en nuestras relaciones y en un aula que mejor forma de aprender que la de hacer sentir a tus alumnos que te importan y que deben sentirse como uno más en el grupo, respetando las diferentes personalidades de cada uno.
Todo comportamiento debe tener origen en la empatía; otra cosa muy diferente es que se consiga siempre. Hay que tratar de buscar la manera en la que nuestros alumnos reciban una óptima respuesta (a sus preguntas) que genere un excelente ambiente en el aula. Habrá días en los que uno no disponga de la paciencia o serenidad por cualquier motivo personal; pero incluso en esta serie de días, el profesor tendrá que encontrar cualquier momento «delicado» o incómodo en el aula y transformarlo en una experiencia positiva. La comunicación violenta se puede manifestar de muchos modos: a veces comienza por pequeños detalles y otras el profesor usa expresiones más o menos vulgares que afectan al aprendizaje del alumnado. Siempre se debe evitar esto porque el objetivo es crear un ambiente agradable y aprender un poco más cada día del curso. Si se consigue la empatía en un aula, los alumnos se mostrarán mucho más receptivos hacia el aprendizaje que si no lo hubiera. Por lo tanto, el profesor deberá fomentar este tipo de atmósfera en su aula. El docente si desea continuar creciendo (tanto personal como profesionalmente) será capaz de utilizar las mejores herramientas para el logro de ese sentimiento tan especial y valioso como es la «EMPATÍA».
El enfoque actual de aproximarse a los alumnos es mucho más cálido y contemporáneo que cuando yo era niña o adolescente. La palabra del profesor ya no es ley y ahora el alumno puede intervenir y expresar sus opiniones y deseos. Creo que es imprescindible tener en cuenta que al final todos somos humanos, con nuestras propias inquietudes y expectativas, y que la actitud y el deseo de mantener un dialogo es lo más importante. Conseguir un ambiente cero encorsetado y promover un dialogo es una de las razones por las que estoy aquí y que de alguna manera más me imponen, conseguir que mis futuros alumnos no corran la misma suerte que yo en muchos de los ambientes académicos que he frecuentado. Educar y aprender no debería estar reñido con pasar un buen rato.
La empatía: ¡que gran palabra y que gran cualidad!
Me parece esencial para que se de una relación cordial entre las personas. Ser capaz de ponerse en el lugar del otro nos hace mas afectivos, y crea proximidad entre las personas. En el caso de la relación profesor-alumnos, esta característica debe permanecer, igualmente en la relación alumno-alumno, para fomentar un aprendizaje optimo. No sólo aprendemos contenidos, sino hay que potenciar una educación en valores y practicar con el ejemplo.
Todos hemos sido alumnos, y a veces no expresar lo que realmente sientes, hace que te frustres, por eso veo muy importante e interesante la negociación el primer día de clase, o cuando sea necesario. Tanto alumnos como profesores debemos acercarnos más y conseguir que nuestra relación en el aula sea transparente, de confianza y que no se contamine por «otras cosas». Creo que debemos exponer los problemas con naturalidad y resolver conflictos de manera positiva, tanto profesores como alumnos.
Gracias por tus indicaciones Reyes.
Como se suele decir del dicho al hecho hay un trecho. Ser empático e intentar ser comprensivos es una tarea bastante difícil; al igual que los alumnos tienen sentimientos y comprenderlos favorecerá la comunicación y el ritmo de la clase, los profesores tienen los suyos. Es un ejercicio de mucho control (hay que conocerse y tener una seguridad grande) saber responder a un alumno que te diga algo fuera de tono, un comentario poco afortunado o algo que te descoloque. Soy muy buenos ejemplos y respuestas bastante logradas, desde luego.
Qué importante es recordar cómo nos sentimos cuando aprendemos cosas nuevas, cuando salimos de nuestra zona de confort y el «lado oscuro» nos llama… Como profesores creo que es muy importante ser conscientes del esfuerzo que hacen los alumnos y valorarlo. No sólo es una lengua más o menos desconocida, también es una cultura diferente… ¡Gracias por los ejemplos! Ayudan a visualizar situaciones y nos aportan una guía para desencadenar emociones positivas y contructivas.
Me parece muy interesante los tres artículos sobre CNV, un hecho que nos podemos enconrtar con facilidad en el aula. Este tipo de comunicación nos ayuda a afrontar situaciones un poco incómodas,que tratádas desde una perspectiva constructiva nos ayuda a ser más eficaces en nuestro proceso de enseñamza- aprendizaje. Con esta actitud empática al alumnado, mediante el diálogo favorecemos la identificación de sus dificultades y su adecuada respuesta, adaptandonos a sus necesidades, a la vez que el alumno siente que sus necesidades son atendidas de forma individualizda.. Esta actitud por parte del alumno es una llamada de atención que no debemos ignorar, sino por el contrario, afrontarla de forma positiva, e intentar identificar que hay detrás para poder responder de la forma mas adecuada, utilizando para ello la CNV.
Me han encantado los tres artículos de comunicación no violenta y me han parecido clarificadores los ejemplos en cuanto a situaciones con las que nos podemos encontrar. Acercándonos al alumno de una forma empática, conseguiremos que éste se sienta cómodo en clase y se relaje. Reformular la situación que expresa de forma que se viera no sólo entendido, sino que se hiciera más consciente de lo que implica su actitud haciéndole ver que nos importa de forma individual. Podemos aprender de las necesidades del alumno.
Tras haber leído los tres artículos que nos ofrece la profesora Reyes Ortega sobre comunicación no violenta me animo a expresar mi opinión con respecto a este concepto aplicado a las clases de ELE. Creo que, al igual que ocurre con cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje, la adquisición de una nueva lengua es muy susceptible de verse ahogada por el sentimiento de frustración. Partimos con unas estructuras intralingüìsticas que de manera casi inconsciente aplicamos día a día al comunicarnos en nuestra lengua materna por lo que el proceso de adquirir nuevas estructuras de comunicación no es un proceso fácil. Es por ello que podemos llegar a sentirnos frustrados, sobre todo en los niveles iniciales donde constantemente estamos cometiendo errores y enfrentándonos a la necesidad de reformular las hipótesis que desarrollamos sobre la nueva lengua. Es por todo esto que es imperante que el profesorado sea capaz de acompañarnos en estos procesos de una manera empática y amistosa. El uso de una tipo de comunicación asertiva y no violenta es una pieza clave en este aspecto. Aplicar un estilo de comunicación no violenta no significa simplemente evitar palabras malsonantes o tonos de voz agresivos, aplicar este estilo de comunicación implica un verdadero interés por satisfacer las necesidades e intereses del alumnado, empatizar con sus sentimientos, aceptar las singularidades y comprender los procesos en los que cada cual está inmerso.
Yo creo que, como bien apunta Reyes en este artículo, el objetivo de este tipo de técnicas CNV está siempre en encontrar la capacidad necesaria para acercarte al alumno.
Debemos aprovechar estas situaciones para ganarnos al alumno, sintonizando y aprendiendo de sus inquietudes.
Un saludo.
La verdad es que me han encantado este conjunto de artículos Reyes, puesto que la CNV tiene una gran importancia aunque no sea tan conocida. No obstante, aunque parece requerir mucha práctica para poder cambiar nuestras respuestas por las de la CNV, es posible. Por lo tanto, yo voy a hacerlo también.
Un saludo.
Estos casos se pueden dar con frecuencia en el aula y es complicado abordarlos de la mejor manera, las opciones que nos ofreces me parecen muy razonables. Ahora veo lo importante que es negociar los contenidos y la metodología, así como los test de autoevaluación después de clase para ser mejores profesores. Preguntar a los alumnos por sus necesidades y gustos se hace esencial a la hora de dirigir una clase y atender las necesidades de todos. Además, fomentar la empatía es algo muy valioso en todos los aspectos de la vida, ya que nos hace mejores personas.
Muchísimas gracias por este post Reyes. Un abrazo.
En primer lugar, estos casos prácticos me han parecido unos ejemplos muy buenos de los comentarios y sentimientos de los alumnos que nos podríamos encontrar alguna vez en nuestra clase y de las correspondientes respuestas del profesor (las pertinentes y las que no lo son tanto). Tras leer los tres artículos sobre comunicación no violenta (CNV), coincido en que esta va muy ligada a la empatía y a la afectividad dentro del aula. Efectivamente las respuestas ideales del profesor ante la expresión de las opiniones del alumno y que, a veces, pueden parecernos que van «en contra» de nuestra metodología o que son una especie de «ataque» hacia nuestro papel de profesores tendrían que ser las que hagan ver al alumno que el profesor siente empatía hacia él y que realmente se interesa por sus sentimientos e intereses. Esto sería, como he dicho, lo ideal, pero no es menos cierto que quizás nos tomemos mal los comentarios de los alumnos, nos sorprendan y no sepamos cómo reaccionar de la mejor manera y que por inercia o instinto intentemos «defendernos», sobre todo si somos principiantes o no contamos con mucha experiencia. Este tipo de respuestas a la defensiva pueden convertirse en algo violento, tosco o incluso que deje ver que nos es indiferente lo que piensen nuestros alumnos o el rol que tomen en clase. Por ello no debemos perder de vista que seguimos tratando con personas de diferentes culturas y que tenemos que ser respetuosos, atentos y, por encima de todo, muy comprensivos y pacientes con todos ellos, aunque en ocasiones no nos guste oír algunas de sus percepciones y opiniones, derivadas en su mayoría de sus propios intereses.
Buen post, Reyes. ¡Gracias por los ejemplos!