Como dice Michel Lewis, la principal diferencia entre los estudiantes de nivel intermedio y avanzado no está en la complejidad de la gramática, sino en la cantidad de unidades léxicas disponibles en el lexicón mental.
En la misma línea se sitúan Cervero y Pichardo cuando comentan que la falta de dominio activo de vocabulario suele ocasionar más interrupciones, bloqueos y malentendidos en la comunicación que el desconocimiento o falsa aplicación de reglas gramaticales.
Gracias a recientes estudios sobre la enseñanza del léxico (entre los que destacamos las publicaciones de Higueras García), ahora se acepta que un tratamiento adecuado del léxico dentro y fuera del aula es fundamental para desarrollar la competencia comunicativa de nuestros estudiantes. Aquí tenéis algunos consejos; esperamos que os sean de utilidad.
1. Recuerda que cuando hablamos de léxico, no siempre nos referimos a palabras aisladas, sino a unidades léxicas o secuencias de una o más palabras que remiten a un significado unitario. Anota estas secuencias en la pizarra de modo que se perciban como un solo bloque, atiende a las colocaciones léxicas (“dar un paseo”, “tomar una decisión”, etc., pues los estudiantes no suelen percibirlas como unidades) y añade la información necesaria para cada unidad léxica según el nivel y los intereses de los alumnos (por ejemplo, el adjetivo “cansado/a” se combina siempre con el verbo “estar”, por lo que deberían enseñarse juntos).
2. Prepara actividades para aumentar la exposición implícita a las unidades léxicas a través de diferentes tipos de géneros textuales. Al hacer la reflexión explícita, intenta presentar las nuevas unidades léxicas en contexto, con ayudas visuales para favorecer su memorización y ayudas verbales para trabajar sobre la pronunciación. Procura incluir lo antes posible la unidad léxica a los contextos originales para favorecer una exposición implícita o explícita sobre su relación con el cotexto.
3. Recuerda que lo importante no es aprender más y más palabras, sino más sobre las palabras. Profundiza sobre las unidades léxicas ya conocidas para ampliar la competencia léxica, en especial, con el léxico seleccionado para la producción y con el que resulte de interés para los estudiantes.
4. Diseña actividades para reciclar el léxico que ha aparecido en el aula, pues el número de encuentros con las diferentes unidades léxicas en contextos diferentes facilita su ingreso en la memoria a largo plazo.
5. Ante un error léxico, dedica algo de tu tiempo para profundizar sobre la unidad léxica en cuestión ampliando la información sobre la misma.
6. Busca oportunidades para desarrollar estrategias que favorezcan el aprendizaje autónomo del léxico, pues el trabajo que realizamos en el aula es insuficiente y los estudiantes tienden a aprenderlo según sus necesidades e intereses. Entrénalos en el uso del diccionario y dales ideas para que puedan reorganizar el léxico que anotan en su cuaderno (mapas mentales, agrupamiento según criterios como situaciones comunicativas, temas, etc.).
7. Recuerda que el léxico no es un fin en sí mismo, sino que el objetivo de su enseñanza es favorecer el desarrollo de la competencia comunicativa de los alumnos.
Ya sabes: “Ponte las pilas con el léxico”.
Créditos de la imagen: pixabay.com.

José Luis Álvarez Cavanillas
Profesor de español y formador de profesores , CLIC IH Sevilla
Licenciado en Filosofía y Máster de ELE por la universidad de Barcelona. Formador de profesores y profesor en el máster de ELE de la universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Autor de materiales didácticos para formacionele.com.
Si quieres, puedes leer otras contribuciones suyas en este blog.
Trackbacks / Pingbacks