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¿Te interesa saber cómo aprenden idiomas los niños?

 

¿Tus hijos están aprendiendo un idioma? Si es así, lo que viene a continuación puede serte útil

Ahora que ya has matriculado a tu hijo en una academia de idiomas, es bastante normal que te preguntes cómo está progresando y si está logrando buenos resultados. Es natural que los padres sean exigentes a la hora de evaluar la calidad del curso de idioma en el que están invirtiendo para sus hijos. Como padres, y antes de valorar un curso de idioma o de un docente, es primordial entender cómo los niños aprenden idiomas.

¿Los niños aprenden idiomas de la misma manera que los adultos?

¡No, por supuesto que no! Según la neurociencia, los adultos aprenden un idioma de forma consciente y concentrada, mientras que los niños aprenden un idioma de forma inconsciente, sin pensar en el proceso del aprendizaje. Utilizan la parte inconsciente del cerebro que generalmente se usa en tareas rutinarias como cepillarse los dientes, etc. Tienen el hermoso don de aprender de forma intuitiva y natural sin las barreras culturales a las que se enfrentan los adultos. Los niños no tienen inhibiciones y eso les permite sumergirse en un idioma extranjero sin ningún complejo y sin dudar de sí mismos. Además, los niños no oponen resistencia a las nuevas estructuras lingüísticas ya que aún están tomando conciencia del lenguaje que usan habitualmente. Por eso, no comparan idiomas mientras que los adultos tienden a traducir de su idioma materno.

¿Hay una sola metodología perfecta para enseñar lenguas extranjeras a niños?

Quien te cuente que hay una metodología única y 100% eficiente para enseñar un idioma a niños, está mal informado o simplemente te está engañando. Para obtener los mejores resultados, no existe un único método, sino una combinación de varios. Entre algunos métodos para enseñar idiomas a los niños, merece una reseña el Total Physical Response (o TPR). El método TPR de enseñanza de lenguas extranjeras se basa en un enfoque natural similar al de la lengua materna. Así, los niños asimilan el lenguaje a través de los gestos y expresiones faciales que utiliza el docente. Si bien este enfoque ha demostrado ser eficaz, no está exento de críticas, ya que puede retrasar la expresión oral y provocar que los niños tímidos se queden atrás.

Otra metodología que vale la pena mencionar es el aprendizaje basado en tareas. Esta metodología consiste en resolver un problema cotidiano utilizando el idioma de destino. Esta metodología no solo ayuda en la adquisición del lenguaje, sino que también mejora las habilidades resolutivas.

Pero, lo importante, no es la metodología per se, sino también la capacidad de los profesores para combinar varias metodologías para establecer el objetivo final: nutrir y preservar la motivación de los niños hacia el aprendizaje de idiomas y la motivación que les aportan la diversión, la acción, los desafíos, la exploración, etc.

¿Cuáles son los diez elementos clave en la clase de lengua de los niños?

Hay diez elementos básicos que debe implementar un profesor de idiomas en la lección de un niño:

• Apoyo útil: visual, auditivo, táctil
• Pautas: los niños necesitan pautas simples y claras
• Implicación: el contenido tiene que estar basado en el universo infantil
• Motricidad: los niños aprenden moviéndose, bailando, saltando, etc.
• Grupo: los niños aprenden más en grupo, interactuando y cooperando
• Repetición: canciones, juegos dramáticos, cuentos
• Rutinas: la rutina es clave para que los niños se sientan seguros y relajados
• Juegos: los juegos potencian el desarrollo cognitivo de los niños
• Razonamiento: preparar actividades que les den la posibilidad de utilizar su capacidad de pensar y razonar
• Inferencia: darles preguntas abiertas y dejar que hagan deducciones libremente

¿Y la gramática?

La gramática es una parte integral de cualquier idioma. Siempre ha habido defensores y detractores de la gramática. La cuestión no es saber si enseñar gramática o no, sino cómo enseñarla. Los niños pierden la atención y la motivación hacia una lengua extranjera si la gramática se enseña de forma teórica, estructurada o monótona. Está demostrado que los niños son perfectamente capaces de comprender, razonar y asimilar las reglas de forma intuitiva. Determinados errores prueban que, en realidad, han entendido las reglas gramaticales. Por ejemplo, un niño que está aprendiendo español diría “Ayer, papá condució el coche de mamá”. Es evidente, a partir de este ejemplo, que el niño ha asimilado el concepto del Indefinido y lo aplica con toda la lógica del mundo. Lejos de mirarse como un error, debe ser interpretado como la prueba de que el niño entiende el razonamiento gramatical. Es más, los docentes de lengua llaman a esto un “error positivo”

¿Y la traducción, es eficaz?

No hay consenso entre lingüistas y expertos sobre la eficacia del uso de la traducción durante las clases. No existe una teoría que apoye el uso de la traducción para la enseñanza de un idioma. Muchos lingüistas recomiendan el uso del idioma habitual de los estudiantes al explicar las pautas o reglas antes de una actividad. Ocasionalmente, el profesor puede utilizar la traducción para resolver dudas. Los lingüistas consideran que el uso excesivo de la traducción puede hacer que los estudiantes caigan en una suerte de autoengaño, perjudicándolos a largo plazo en lugar de ayudarlos. Desde un punto de vista práctico, se debe minimizar el uso de la traducción, ya que los niños ya están equipados para comprender el idioma a través de medios naturales como las expresiones faciales, el tono de voz, los gestos, el contexto, etc.

 

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